La “misericordia, abrazo del Padre”…

 

consuelo

Consuelo Martínez García, Salesiana, Filla de María Auxiliadora, ten colaborado nesta web invitando aos lectores a ser os profetas de hoxe. Ademais, ten participado na Summa Poética (acto poético-musical que se organiza anualmente no marco do Encontro Eucarístico). Agora podemos disfrutar do froito da súa inspiración, o poema titulado…

La “misericordia, abrazo del Padre”…

 

Todavía siento en mi piel,

Aquel abrazo amasado con  ternura,

Que mi padre me regaló tantas veces,

Cuando yo era muy niña, solo una criatura.

 

Aquellos brazos llenos de cariño,

De amor, de paz,  de serenidad y alegría,

Rodeando todo mi ser, llenando toda mi vida,

Mientras su boca tejía siempre una sonrisa

 

Llegó mi adolescencia y también mi juventud,

Y fui descubriendo, casi sin darme cuenta,

Que otros brazos más grandes me abrazaban,

Con más fuerza, más ternura. ¡Qué gozada!

 

Eran aquellos tus brazos  de Padre, Señor

Brazos que contagiaban sonrisa y paz,

Brazos fuertes pero que nunca oprimían,

Que abrazaban siempre, dejándome en libertad.

 

Hoy, en mi edad ya madura, después

De tantos años, me sigues dando ese abrazo,

Que me calma, que me anima y me cautiva,

Abrazo de misericordia en las penas y alegrías.

 

Pero, tengo aquí dentro, una gran pena, Señor,

No contemplo ya tus brazos cada día

Estrechando a las familias, acariciando a los niños,

Como tantas veces lo hacías en Palestina.

 

¿Dónde están tus brazos hoy, en la vida  de los jóvenes,

En sus estudios, en sus trabajos, y amistades,

En sus fiestas, sus alegrías y diversiones?

¿Por qué no reciben  hoy la alegría de tu abrazo?

 

Y mi pena se acrecienta, cuando contemplo con miedo

Que los brazos de nuestro mundo y nuestro tiempo de hoy

Son la técnica, el consumismo, son el gozar y el tener,

Un olvido total de tus brazos que nos quieren sostener.

 

Permíteme, Señor, que desde el fondo del corazón,

Te manifieste mi pena con esta sencilla oración:

“Danos a conocer tus brazos, tu rostro al andar,

Es largo nuestro camino, y nos cansamos  al caminar.

 

Míranos con tus ojos,  llenos  de misericordia,

Señor, que tus brazos abracen el  mundo, a todo el orbe”,

Para que, como dice el Papa Francisco, todos sintamos

QUE LA  “MISERICORDIA, ES TU  ABRAZO DE PADRE”.

 

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